Capítulo 3: Cómo saber si estamos listos para el matrimonio.

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Llevaba varios meses disfrutando y viviendo en Estocolmo, Suecia. Una noche decidí salir con mis amigas a una rumba cubana,  un sueco se me iba acercando muy tímidamente y el empezó a bailar conmigo. Cuando me estaba yendo de la discoteca, el salió corriendo detrás de mí y me pidió mi número de celular.

Los días iba pasando y yo miraba mi celular por si había algún mensaje de él pero no había nada. Así que yo decidí escribirle, lo invite a tomar cerveza, el me contesto que no podía que ya tenía planes. Me sentía remal porque a mí siempre me habían enseñado que el hombre es el que busca y no la mujer, pero  como estaba en Suecia, era todo lo contrario.

Una semana después recibí un mensaje de él, me invito a tomar unas cervezas y a cenar en bar en  Gamla stan, el centro histórico de la ciudad.  Cuando fuimos al bar había control en la entrada, durante esos días la seguridad en Estocolmo había aumentado pues hubo enfrentamientos entre la policía e inmigrantes y carros incendiados en todas partes. A él lo dejaron entrar sin  revisarle ningún documento, en cambio a mí me pidieron mi permiso de residencia, después de revisarlo me dijeron que no podría entrar porque solo se admite el ingreso para mayores de 25 años. Después de una hora y media de tratar de entrar a varios lugares, por fin nos permitieron el ingreso a un bar restaurante. Hablamos de toda nuestra vida, a mí él no me gustaba tanto, pero yo quería una relación y después de tanto tiempo sola, me sentía lista para dar el siguiente paso.

Él se mudó a Estocolmo y a los pocos meses estábamos viviendo juntos, todo era perfecto, algunos fines de semana pasábamos juntos otros por separado con nuestros amigos, lo cual en mi punto de vista balanceaba la relación. Sin embargo, la ciudad era demasiado costosa y nuestros salarios no eran suficientes. Ambos decidimos probar suerte en su pueblo natal, Ängelholm.

Al mudarnos a Ängelholm los problemas empezaron, yo me quedaba sola en casa los fines de semana o junto a su madre, mientras el salía con sus amigos. En algunas ocasiones me criticaba y se burlaba de mi cultura o religión, me estaba dando cuenta que era demasiado grosero e egoísta con su madre, algunas veces el sufría episodios de depresión largos y no le provocaba hablar con nadie y dormíamos separados, esto me hacía cada vez pensar si quería seguir en la relación.

Yo intente hacer amigos y hacer mi propia vida, pero en Suecia son muy cerrados (muchísimo más si eres inmigrante) y  toma bastante tiempo para que ellos confíen en ti. Por otro lado, cada vez se me hacía más difícil conseguir trabajo.

Decidí viajar alrededor de Europa para despejar mi mente y librarme de tanto estrés. Estuve un mes viajando en tren, perdí mi maleta en Dinamarca y  después de una semana la encontré en Dresden Alemania, me encontré una calle repleta de nazis en Italia y casi me matan, dormí en las calles en varias ciudades porque no me alcanzaba el dinero, en fin uno de los viajes más caóticos pero emocionantes de mí vida.

Cuando regrese a Suecia, mi novio me estaba esperando en la estación de tren con unas flores. Yo muy feliz lo abrace y le di un beso. Luego fuimos a un restaurante a encontrarnos con sus amigos, al terminar la comida, él se me arrodillo y fue sacando un anillo del bolsillo, me pregunto que si me quería casar con él, yo quede helada por varios minutos no estaba segura de que respuesta dar, pero no podría decirle que no delante de sus amigos, así que decidí aceptar.

Los meses pasaron y el día de la boda se iba acercando, un miedo y ansiedad se iban apoderando de mí, empecé a sentir mucho dolor de estómago y me faltaba el aire, hasta que una noche me desperté y el muy asustado me pregunto que me pasaba yo le dije no me puedo casar. Después de decir esto el respondió “si eso es lo que quieres tienes 3 días para irte”.

Viaje por 5 horas en tren desde Angelholm hasta Estocolmo, yo desesperada les había escrito a varios amigos para que me hospedaran hasta poder regresar a Colombia. Solo uno me contesto, él me podía hospedar, pero tenía que esperar dos días a que el regresara de su viaje. Yo me quede viviendo en la estación del metro y en la calle, mientras esperaba por mi amigo, hasta que por fin me encontré con él. Llegue a su casa y me bañe como por dos horas y media, dormí por fin en una cama cómoda. Todas esas noches salimos a bares y a restaurantes, hasta que la química fue tal que me involucre sentimentalmente con él.

Después de un tiempo mi ex por alguna razón se dio cuenta de mi nueva relación y me odio aún más.  Cuando regrese a Colombia me sentí culpable por un año y medio, pero  después de un tiempo me di cuenta que las cosas entre él y yo nunca hubieran podido funcionar, que todas estas extrañas situaciones pasan para salvarnos de una decisión equivocada y que lo mejor era no haberme casado con él.

Luego de esta experiencia saque las siguientes conclusiones:

  1. Los pequeños detalles y diferencias que uno ignoraba en el noviazgo durante la convivencia toman un gran peso. Por eso es necesario conocer muy bien a la persona y lo mejor es escoger a alguien que sea muy parecido a uno en cuanto a valores, religión, personalidad y gustos. (ver video si estamos preparados para el compromiso).
  2. Hay que analizar cómo se comporta la otra persona en especial con la madre, padre o hermanas o hermanas, como se comporta en momentos de estrés o depresión, esto habla sobre el carácter de él o ella. Cuando estamos enamorados, solo mostramos nuestra mejor cara, pero con el tiempo, por lo general dos años después, cuando el amor romántico se haya mermado mostramos nuestra verdadera personalidad.
  3. Deben hablar sobre sus planes a futuro como pareja, si quieren o no tener hijos, si los dos trabajaran, que ciudad les gustaría vivir, como se ven a 10, 20, 40 años, etc.
  4. Los problemas familiares como deudas, hijos de otro matrimonio, herencias, etc pueden afectar la relación en un futuro.
  5. Las adicciones como el alcohol, drogas o fármacos pueden también deteriorar no solo a la persona que las usa sino a la pareja, debido a los cambios de humor o trastornos que se derivan de estas adicciones.
  6. Si te engaño durante el noviazgo o engaño a sus antiguas parejas hay una gran probabilidad que también lo haga en el matrimonio.
  7. Hay veces el miedo a quedarnos solos nos imposibilita escoger con sabiduría y de ahí se derivan los fracasos amorosos.
  8. La comunicación es esencial para que la relación fluya.

Como conclusión, para la convivencia en pareja se necesita más que amor.

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